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viernes, 27 de noviembre de 2009

SIN HUMO Y SIN CENIZAS


Vacío ya de agravios el pecho que tú heriste,
sin humo y sin cenizas la llama que prendiste,
volveré por la cuesta nostálgica de antaño
al final de los meses que tejiera aquel año.

No te diré las frases de perdón o reproche
que has soñado, despierta, en medio de la noche.
No te perdono nada: que Dios te dé sentencia;
ni te reprocho nada: lo dejo a tu conciencia.

Ya ha sufrido bastante tu corazón culpable,
por la absurda flaqueza de aquella acción cobarde,
para que te recuerde que no fuiste sincera,
que escapaste a la sombra cuando yo padeciera.

Pero no te recuerdo, que el recuerdo es cariño,
ni tampoco te odio (aún no he aprendido a odiar).
Yo, que supe adorarte con ternura de niño,
no sabré despreciarte ni recordarte más.

Ya ves, aún ahora que está latente y vivo
el traidor zarpazo que me ha dado tu acción
ya viajas por mi mente camino del olvido,
¡ya nada a tí guarda mi amante corazón!

Karl Sefni
Prision de La Cabaña
1964

miércoles, 25 de noviembre de 2009

TONTA



Tonta...¿como pensaste
que tu miel en mi boca
dejaría un sabor divino,
añorándote con ansia loca?

¡Qué poco conoces, insensata!
Un minuto pasajero me quemó,
ardió en mis venas, ¿y qué?
Si el resto del día se olvidó.

Ignoras lo real de la vida:
el pasado, pasado siempre será,
no juzgues este loco presente
sin saber lo que ma
ñana traerá.

Ofreciste el vino de tu jarrón
buscando un rehén en este juego,
mas tu capricho vacío quedó.
llévate ese vino amargo; ¡en tí no bebo!



JC

domingo, 8 de noviembre de 2009

MADRE, TUVE GANAS.....


¿Que le diría un hijo a la madre que lo abortó? Le contaría los deseos escritos en cada una de estas estrofas y mas......


Madre, tuve ganas
de acurrucarme en su pecho y caer rendido,
y, junto al rítmico latir de su corazón,
susurrar que siempre estaríamos unidos.

Madre, tuve ganas
de caminar por la playa guiado por su luna,
ver la noche salpicada por mil estrellas
y sentir mis pies abrazados por su espuma.

Madre, tuve ganas
de despertar con la luz de su sonrisa,
con su voz cual rocío de todas mis mañanas
y entre mis dedos su pelo ondeado por la brisa.

Madre, tuve ganas
de sentir su corazón al rebozar de orgullo
por compartir mis logros, mis alcances,
sea príncipe o mendigo, pero todo suyo.

Madre, tuve ganas
de seguir sus consejos cual un faro
que guiara con lecciones cotidianas
mi azaroso vivir, siendo mi amparo.

Madre, tuve ganas
de reir, de llorar, de irme o quedarme,
pero hasta en la derrota poder encontrar
a usted, madre, la única que pudo amarme.

Madre, tuve ganas
que por un segundo usted hubiera pensado
en su lindo viaje y no en la distancia,
siendo un regalo el equipaje y no algo pesado.

Madre, tuve ganas de vivir,
que mi primer llanto fuera un regocijo,
una fiesta mi despertar y no un dormir,
y que hoy gritara usted: ¡Este es mi hijo!

JC

POESIA A MI SIRENITA



Esta poesia fue inspirada por mi hija menor Sophia. Es la simple historia de un padre divorciado que añora estar con su hija y la alegría que ella trae a su vida durante los cortos momentos en que estan juntos.

Sirenita con ojos de almendra,
juguete en dos mundos opuestos:
En uno castillos de arena,
en otro burbujas de sueños.

Del monte regreso cansado
por labores que impone la vida,
buscando una pausa; estar aislado
y doblar mis esfuerzos el proximo dia.

En la orilla del mar mi refugio
es la sombra de hermosa palmera
que es el reino donde mi descanso
llega allí cuando está mi sirena.

En el horizonte escucho su canto
firmamento que vibra en dulce melodía
las olas se esconden para darle paso
y el sol brinda sus rayos como guía.

Y al mirarla sentada en la arena
su presencia borra en mi recuerdo
el pasado que embarga mi pena
cual oleaje de un mar borrascoso.

La caída del sol marcará el regreso
hacia el seno profundo que vida le dio.
Ya no llores, sirena: ¡te regalo mi beso!
Y se marcha despacio con el canto de adiós.

Cuando a veces la espero y no llega
¿será el mar, que, envidiando a la arena,
con tormenta fatal me la aleja?
¿Es que vuelve el pasado y su pena?

Sin embargo, bien sé que algún día
mi espera en vano será:
nadará a otra playa tardía
sin cantar el "te amo, papá."

Mas la sombra de aquella palmera
mi descanso aún cubrirá
y en mi sueño de espuma y arena
tu canción para siempre estará.

JC