Esta poesia se la escribi a mi hija mayor quien a recibido una gran leccion en cuestiones del amor y nunca debe olvidarla. Lo triste es la insensibilidad de quien se lleva algo por simple placer, sin importar el dolor que deja atras.
Mi bella rosa blanca, capullo de algodón,
nutridas tus raíces por rojo manantial,
creciste en surco fértil de paternal amor
para que nunca lloraras como has llorado hoy.
Mis ojos te cuidaron como rayos del sol,
celando tu entorno en cada amanecer,
porque las malas hierbas tu tallo no tocaran,
en el trayecto hermoso que te vuelve mujer.
Mas la naturaleza la ruta dictamina,
permitiendo al colibrí alejarse del nido,
por el aroma de tu inocencia atraído
y por el suspirar de tus pétalos en sus alas.
Siempre quise tus espinas lo alejaran,
que fueran el escudo contra este dolor.
Ahora sólo llorando aprenderás el reto:
Nunca entregues tu aroma a un fingido amor.
Maldito colibrí, hurtador de mi huerto,
en tu pico el néctar de mi pequeña flor
y en tus alas volando, volando para siempre,
el pétalo inocente de su inocente amor.
Ojalá y las tormentas tu nido lo destruyan,
de un gavilán las garras se claven en tu ser,
porque fuiste un cobarde que traicioneramente
robó un aroma santo nada más por placer.
JC
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