
He llegado a tu lado sin reproche,
lo que tengo, sin reservas lo puedo entregar,
la virtud está en perdonar la embestida
y de mi Padre Celestial la ayuda buscar.
Nada que poseemos nos pertenece,
los dos somos libres para valorar:
la pasión es el roble en tu denso bosque,
yo en las lianas de mi integridad me puedo balancear.
Mi corazón no está en competencia,
el tuyo sobrevalora el Yo sobre los demás;
el mío se ausenta de elogios y codicias,
en tu pecho germina, hueca, la pomposidad.
JC
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